Entro al grupo de Facebook de la comunidad OuiShare Catalunya y la publicación más reciente es una petición de Joan-Marc García, Fundador y CEO de Grownies, para apoyar la iniciativa en un concurso que premia “a los mejores proyectos sociales”, instando a los participantes a "apoyar uno de consumo colaborativo". Los dos conceptos clave de ese post, las empresas de la Economía Colaborativa (EC) y los emprendimientos sociales, me llamaron especialmente la atención. Para abordar la importancia y las implicaciones de ambas ideas en el ecosistema de la colaboración, propongo el siguiente análisis.
Sirve de base un libro publicado en febrero de 2013 por el Instituto de Innovación Social de ESADE, “Vías hacia el cambio sistémico, ejemplos y variables para la innovación social”. En él, sus autores Heloise Buckland y David Murillo, tras analizar una serie de iniciativas de alto impacto social, tratan de definir las variables que permitirían observar “cómo”, “cuando” y “en qué condiciones” un emprendimiento puede ser realmente efectivo.
¿Empresa Colaborativa es sinónimo de Empresa Social?
Una empresa es parte de la EC, según la Consultora Altimer Group, si la propiedad y el acceso a los bienes y servicios que provee son compartidos entre corporaciones, emprendedores y las personas de manera eficiente. Por su parte, y según la comunidad Emprende Social, un emprendimiento social es una solución innovadora a un problema de desarrollo socio-económico y una estrategia sostenible con impacto medido.
Aunque no hay consenso a la hora de definir ambos conceptos, los autores de dicha publicación señalan que “a partir de las definiciones más citadas se pueden inferir dos características esenciales de la innovación social: en primer lugar, la novedad y la efectividad de la idea y, en segundo lugar, su orientación hacia la solución de un problema social (lo que engloba retos sociales, medioambientales, económicos y éticos) que genera valor social en lugar de valor individual.”
Las empresas colaborativas cumplen con ambas características, prueba de ello es su permanente crecimiento hasta la fecha, proyectado en más de un 25% anual, y en el caso particular de los préstamos P2P en más de un 250%. Otros hechos que demuestran la efectividad de la idea, y su condición de novedad, es que ha sido ya señalada por diferentes medios como "una de las ideas que cambiara el mundo”, “un resultado a la crisis económica y la caída de la confianza en el mundo corporativo” y “la tendencia como un alza imparable”. Estas empresas, además, se fundan en valores respetuosos con el medio ambiente y a menudo contrarios al hiperconsumismo o la producción desmedida.
Los argumentos anteriores nos permiten esbozar un primer punto de encuentro entre ambas definiciones, y ver que de entrada las empresas de la EC alcanzan el impacto que también logran las sociales.
La efectividad de las iniciativas sociales en empresas de la EC
Las siguientes cinco variables utilizadas por los autores sirven para medir la efectividad de las empresas sociales y aplicarlas a las empresas de la EC:
- Impacto y grado de transformación social
Muchas las empresas de la EC tienen la “ventaja” de que cada uno de sus productos o servicios finales permiten medir lo que social, económica o medioambientalmente se está impactando. Por ejemplo, Blablablacar puede medir su impacto económico cada vez que se produce un viaje, resultando en términos agregados ahorros de 182,7 millones de euros para sus conductores; o medioambientalmente evitado la emisión de aproximadamente 700.000 toneladas de CO2.
Para muchas empresas sociales, lo anterior se dificulta en cuanto sus desafíos son multidimensionales, como en el caso de la pobreza, y por sobre todo, requieren de procesos más largos para comprobar su transformación en la vida de sus clientes.
- Colaboración intersectorial
Al hablar de la economía social los autores señalan: “Actualmente, la dicotomía entre economía social y economía de mercado está cambiando, al igual que la relación entre bienes privados y públicos, ya que la producción para las masas está evolucionando hacia una producción por las masas. Pensemos por ejemplo en los 18 millones de páginas web relacionadas con el cáncer que han creado mayoritariamente personas y familias afectadas por la enfermedad”.
Me atrevería a señalar que lo expuesto (desde su punto de vista inmerso en la empresa social) es exactamente la transformación que la EC está generando en el modelo actual, en el que el ciudadano productor está generando valor en el conocimiento, la producción, las finanzas y el consumo.
Además, se produce el llamado impacto colectivo, ya que las diferentes iniciativas son complementarias entre sí y resultan en mercados como el turismo colaborativo o las ciudades colaborativas, generando colaboración intersectorial.
- Sostenibilidad económica y viabilidad a largo plazo
Esta es una variable extremadamente importante para las empresas sociales ya que asegura su supervivencia y también las distingue de organizaciones sin fines de lucro que se sustentan a través de donaciones u otros fondos.
Sin embargo, para las empresas de la EC este concepto no requiere mayor discusión debido a que desde el momento que es creada considera la sostenibilidad económica a través del lucro.
- Tipo de innovación
A pesar de la extensa cantidad de trabajos sobre innovación social, aún no existe consenso en qué modelo sería el más adecuado para abordar los problemas sociales. Los autores exponen los más relevantes y en este sentido las empresas de la EC pueden ser vistas desde dos de ellas:
- Innovación basada en el resultado, a través de un producto/plataforma mejor y más efectivo que su predecesor, haciendo que las personas/usuarios logren sus objetivos respecto al planeta, la sociedad y comunidad.
- Innovación abierta, ya que hacen “un uso deliberado de las entradas y salidas de conocimiento para acelerar la innovación interna y expandir los mercados para el uso externo de la innovación”. La innovación abierta implica la libre circulación de ideas, conceptos y procesos a través de los grupos de interés. Los usuarios se involucran en el diseño de los productos y se utiliza una serie de herramientas para fomentar la diversidad de entradas de conocimiento/valor.
Para esta variable es destacable una cita: “Las innovaciones sociales de hoy en día siguen en general el mismo proceso que las nuevas verdades de principios del siglo XX, primero ridiculizadas, luego confrontadas con violencia y finalmente aceptadas como evidentes”. Rachel Bostman también parafraseó a Gandhi en el último OuiShare Fest para referirse al presente y futuro de la EC: “Primero ellos te ignoran, luego se ríen de ti, luego te combaten y entonces tú ganas”.
- Escalabilidad y replicabilidad
Los autores comienzan comentando la ya popular teoría de la difusión de las innovaciones de Everett Rogers y sus cinco etapas de difusión, conocimiento, persuasión, decisión, implantación y confirmación.
En los emprendimientos sociales, este esquema puede variar a causa de que el cliente puede ser distinto al beneficiario. El primero puede ser quien financie o apoye el emprendimiento pero no necesariamente el que se beneficie del mismo, resultando esto en dos procesos de difusión diferentes.
Las empresas de EC, por medio de sus plataformas, parten con ventaja, debido a que sus clientes son los beneficiarios. En otras palabras, se trata de una ventaja que permite un crecimiento orgánico y facilita la gestión eficaz de la oferta y la demanda (en comparación con las empresas sociales).
En términos de escalabilidad, se pueden usar varios modelos: alianzas, spinn-offs, fusiones y adquisiciones, franquicias, licencias, etc. Sin embargo, la flexibilidad de los modelos de negocio basados en plataformas y el desarrollo de comunidades de la EC, permiten una replicabilidad bajo el concepto “piensa local, actúa global” (si, está al revés de como siempre se dice). Las comunidades son quienes replican los modelos adaptados a sus contextos, y es la plataforma la que las dota de globalidad o alcance.
Fuente: Vías hacia el cambio sistémico, ejemplos y variables para la innovación social
Conclusiones
- Si bien a simple vista ambas definiciones no coinciden del todo, tienen bastantes vinculaciones. El emprendimiento social podría ser la continuación de una empresa de la EC. Esto es, una empresa de la EC es donde la propiedad y el acceso a los bienes y servicios que provee son compartidos entre corporaciones, emprendedores y las personas de manera eficiente, solucionando de una forma innovadora un problema de desarrollo socio-económico y una estrategia sostenible con impacto medido.
- Observar la Economía Colaborativa desde el emprendimiento social permite abrir una nueva línea de discurso y debate. Esto daría la oportunidad de entrar en nuevas líneas de conversación, como la sostenibilidad (people, planet profit) y optar a nuevos beneficios y recursos de financiación.
- La posibilidad de medición del impacto social, económico y ambiental facilita la adquisición de recursos, mejora el rendimiento de la empresa y la auto legitimación organizativa, esto es, demostrar a la sociedad que el modelo de negocios marca diferencias y es una opción a tener muy en cuenta para consumir.
- Se necesitan nuevas estructuras legales que disminuyan las barreras vistas hasta el momento.
- La posibilidad de acercar la Economía Colaborativa al emprendimiento social también tiene que ver con acercar sus soluciones a la base de la pirámide, optando así a un enorme nuevo mercado/comunidades, y también la posibilidad de adaptarse a las realidades de países emergentes donde aún no se percibe el desarrollo de la EC.
Un artículo escrito por Paulo Mandaleris J..
Ingeniero Industrial y Administrador de empresas; contribuyo a conectar a los diferentes actores de la Economía Colaborativa en Chile. Me apasionan las ideas que buscan generar cambios sociales y nuevas formas de relacionarnos basado en lo humano y el bien común. Investigo comportamientos éticos y sostenibles. Imagen de portada de marmax (Public domain CC)