¿El consumo colaborativo está sobrevalorado?

¿Está el consumo colaborativo está sobre valorado comparándolo con la creación colaborativa? No se trata sólo de consumir sino de crear conjuntamente.

Artículo publicado inicialmente en Shareable.net, traducido por Albert Cañigueral.No me malinterpretéis, me gusta el consumo colaborativo. Creo que Airbnb hace del mundo un sitio más interesante al permitir que la gente tenga experiencias de viaje más auténticas. Me encanta TaskRabbit. He escrito acerca de las bibliotecas de herramientas para MAKE Magazine. Lo entiendo. El acceso es sin duda más atractivo que la propiedad, al menos para mi estilo de vida

. Aún así creo que el consumo colaborativo está sobre valorado comparándolo con el otro lado de la moneda de la economía colaborativa: la creación colaborativa. El verdadero potencial de una economía en red y peer-to-peer está sólo empezando a mostrarse con el movimiento "maker". No se trata sólo de lo que consumimos juntos, es sobretodo aquello que creamos juntos. Es cierto que el consumo colaborativo puede ayudar a ganar algo de dinero extra, pagar parte de la propiedad de un coche, tener vacaciones más humanas, pero muy rara vez ayuda a adquirir nuevas habilidades, crear un pequeño negocio o iniciar una nueva industria. La creación colaborativa implica también crear riqueza, no sólo de compartirla. El consumo colaborativo no está diseñado para facilitar a sus usuarios vidas con más sentido ni con mayores cualificaciones. Desde mi experiencia personal, creo que el desarrollo de habilidades y el potencial de creación de nuevos trabajos del movimiento "maker" es más importante que una nueva manera de consumir. Puede ayudar a abordar uno de los mayores problemas de la sociedad: el alto desempleo, especialmente entre los adultos jóvenes como yo. Como Chris Anderson describió elocuentemente en su nuevo libro, Makers, Internet es el prototipo, el modelo de cómo crear con una amplia participación. Y ahora estamos viendo la aparición del mismo nivel de creatividad con la materia (las cosas), y está cambiando la manera en que experimentamos los objetos de nuestra vida. Desde la impresión 3D a las comunidades makerspace, de Etsy a Kickstarter, la infraestructura "maker" está madurando hasta el punto donde, literalmente, cualquier persona puede realizar contribuciones significativas. He tenido un asiento de primera fila para presenciar esta nueva tendencia. He estado escribiendo la columna "Zero to Maker" para MAKE magazine, relatando mi viaje desde completo principiante a amateur en proceso de mejora. Después de perder mi trabajo en 2011 sentí que no tenía muchas opciones. Yo sabía que quería dejar de estar detrás de un ordenador todo el día, pero también tenía cero experiencia técnica. Por suerte, me encontré con la comunidad "maker" que resultó ser amable y que facilitó mi empoderamiento. Comencé un proyecto open-source de un robot submarino con mi amigo (y héroe) Eric Stackpole. En el último año, OpenROV, que surgió de una conversación entre Eric y yo, ha sido premiado como proyecto "open-source" y ha demostrado tener un modelo de negocio que puede funcionar. No estamos haciendo mucho dinero, pero estamos bien con eso. Hemos encontrado algo mucho más valioso: una comunidad global de colaboradores que trabajan mano a mano para democratizar la exploración del océano. La experiencia es rica en la comunidad y Eric y yo nos referimos a ello como el "Retorno a la aventura". [caption id="attachment_6642" align="alignnone" width="640"]

El robot OpenROV en acción.[/caption] Mi experiencia "Zero to Maker" en TechShop ha sido un brillante ejemplo del verdadero potencial de la economía colaborativa - tanto de colaboración en la creación como en el consumo. El acceso a las herramientas que ofrece el "makerspace" fue fundamental para mi desarrollo, porque sin el modelo de recursos compartidos mi proyecto hubiera sido imposible. Pero el valor real era la manera en que los miembros y el personal apoyaba a nuestro proyecto. OpenROV simplemente no existiría sin las comunidades que nos han apoyado: TechShop, Kickstarter, y la gran comunidad de "makers".Es el proceso de creación que infunde significado en los productos que utilizamos. Consumir de manera conjunta no puede inyectar sentido en los productos que nos rodean.

Alejarnos de una cultura de hiperconsumo tomará mucho más que cambiar nuestra manera de comer, conducir y los hábitos de compra. Se van a necesitar toda una serie de nuevos valores, tecnologías y experiencias. El movimiento "maker" es una oportunidad para construir ese futuro re-imaginado. Quizás la noticia más alentadora es que es más fácil que nunca para participar. Parece que cada "maker" que conozco tuvo una recepción igual de cálida. Cada uno siente la obligación de devolver el favor, lo que construye una cultura de inclusión y posibilista. Las herramientas parecían muy complicadas cuando empecé (impresoras 3D , máquinas CNC, etc.) pero siempre llegó alguien, ya fuera en el local u online, que hizo un gran trabajo para enseñarme. Incluso algo tan loco como un proyecto de un robot submarino en código abierto fue capaz de encontrar un apoyo. La experiencia me ha abierto los ojos a las posibilidades de colaboración en la creación y fabricación. Por suerte para ti, cualquiera que domine el consumo colaborativo ya tiene muchas de las habilidades necesarias para prosperar en el mundo "maker". Después de todo, son sólo dos caras de un mismo movimiento.David Lang es el co-fundador de OpenROV así como el autor del libro "en proceso de escritura" Zero to Maker.

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